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No comprometa su salvación

No comprometa su salvación

El ser humano está formado de un cuerpo, espíritu y alma. En el cuerpo habita nuestro espíritu y nuestra alma. El espíritu le da a nuestro cuerpo el movimiento, la capacidad de pensar y tener sabiduría pero, sin el alma el cuerpo está muerto. En si, el alma es la más importante, pues en ella se compromete nuestra salvación. Es por eso la importancia de reiterar, no comprometa su salvación

Cuando una persona se entrega a Dios la principal convicción que el Espíritu Santo le da es con respecto a su alma, que es en donde ella pasará la eternidad. Usted se ha hecho la pregunta, dónde su alma va a pasar la eternidad y con quién ella va a ir.

¿Porqué el alma se ve comprometida con la salvación? Veamos lo que está escrito en la Palabra de Dios: Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia.  Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? (Lucas 12:13:14). Estos dos hermanos buscaron al Señor Jesús para resolver su problema, ellos conocían las Sagradas Escrituras y sabían quien era Él. Pero, el objetivo de ellos, no era resolver un problema espiritual relacionado al alma o de su salvación. Al exponer este inconveniente al Señor Jesús, estos hombres mostraron que no eran salvos, ya que su prioridad era resolver un problema material. En la realidad para que ellos pudieran solucionar ese problema, lo primordial era que ellos tenían que ser libres del egoísmo.

Y les dijo: Estad atentos y guardaos de toda forma de avaricia; porque aun cuando alguien tenga abundancia, su vida no consiste en sus bienes. (Lucas 12:15). El Señor Jesús hace referencia al apego de los bienes materiales y hacia las personas. Cuántas no son las personas que viven apegadas a su posición social, al dinero, profesión, etc. O también hay quienes se apegan a una persona, puede ser a los hijos, pareja, parientes y eso se vuelve en idolatría. Esto es, colocan el bien material o a la persona por encima de Dios, se aferran y viven sólo en función o en la dependencia de aquello que ellas piensan que es su prioridad.

De igual manera puede acontecer con aquellas personas que Dios a prosperado, en el principio ellas no estaban apegadas a nada, ni a nadie, pero con el tiempo, al ir avanzando comenzaron de dejar a honrar a Dios como lo hacían en el principio. La Biblia nos muestra: Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”. (Mateo 6:21). Cuando una persona vive apegada a algo, es donde satanás va a tocar, ya que él consigue debilitar a alguien cuando él ve el apego de esa persona hacia algo o alguien. Por eso, la importancia de sólo vivir apegados a Dios.

Una persona que no vive apegada a nada, ni a nadie, es porque su prioridad es Dios, ella no es egoísta. Podemos poner como ejemplo a Abraham, cuando Dios le pidió a su hijo, Abraham no se lo negó. Incluso la palabra amor, aparece por primera vez en la biblia con Abraham. Él estaba en la disposición de sacrificar a Isaac, por amor a Dios, él también amaba a su hijo, pero su prioridad era Dios. Quien ama da, no sólo da por dar, lo hace sinceramente, con toda su fuerza, su entendimiento y su alma.

También les refirió una parábola, diciendo: La tierra de cierto hombre rico había producido mucho. Y pensaba dentro de sí, diciendo: «¿Qué haré, ya que no tengo dónde almacenar mis cosechas?».  Entonces dijo: «Esto haré: derribaré mis graneros y edificaré otros más grandes, y allí almacenaré todo mi grano y mis bienes. (Lucas 12:17- 18). Ha pensado alguna vez que las personas que viven apegadas a cosas materiales o a alguien, ellas sólo piensan en si mismas, en lo que quieren realizar y en lo que han construido.

Y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes depositados para muchos años; descansa, come, bebe, diviértete». (Lucas 12:19) Quien no es salvo, piensa que la felicidad está en las personas o en las cosas materiales y eso le lleva a buscar la felicidad en donde no existe.

Pero Dios le dijo: «¡Necio! Esta misma noche te reclaman el alma; y ahora, ¿para quién será lo que has provisto? Eso le sucede a quien acumula riquezas para sí mismo, pero no es rico para con Dios». (12:20-21). ¿Porqué Dios le contestó de esa manera? El alma de ese hombre no pertenecía a Dios, entonces, ¿a quién le pertenecía? A satanás.  La decisión de dónde va a ir nuestra alma, no está en Dios o en satanás, está en nosotros mismos. Tal vez usted diga que no hay amor por parte de Dios para la humanidad. Pero, recordemos que antes de Él ser amor, es justicia.

Lo que Dios nos quiere mostrar a través de este pasaje bíblico, no es sólo con respecto a la salvación de nuestra alma, sino a las cosas que comprometen esta salvación. La mayor locura que se puede realizar es despreciar nuestra alma. Usted se ha hecho la siguiente pregunta: ¿Hay algo en su vida que está comprometiendo su salvación? Un pensamiento, un deseo, un querer, su propia voluntad, el trabajo, su matrimonio, etc.

¿Quién le garantiza, que usted pasará de esta noche? Tal vez usted tiene planes, proyectos, sueños, etc. No es equivocado luchar por tener una vida prospera, pero, ¿usted ya conquistó lo principal que es su salvación? Y usted que en un día entregó su vida a Dios por completo, se preocupó por su alma y puso como primordial su salvación, ¿sigue siendo su prioridad? O ¿usted ha comprometido su salvación? La salvación es individual, no permita que nada ni nadie, comprometa su fe y su salvación.

Dios les bendiga.

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