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Además de la asistencia física, también brindaron ayuda espiritual a quienes sufren. Infórmese más…
Ante la crisis de salud en el estado de las Amazonas, la Universal ha movilizado a los voluntarios para ayudar a los profesionales de la salud, pacientes y familiares. Más de 1,200 voluntarios formaron parte de la ayuda humanitaria, que ha servido a la capital, Manaos, en el interior del estado brasileño.
Distribuyeron equipos de protección personal a los profesionales médicos como máscaras, gorras, delantales, guantes y protectores de zapatos. Adicionalmente, los voluntarios de la Universal ofrecieron bocadillos, sopas y cafés.
Actualmente fueron donado 11,450 PPE (siglas en inglés de equipo de protección personal), 7,700 botellas de agua, 5,150 bocadillos y 1,750 sopas.
Sin embargo, además de los alimentos y de PPE, la Universal también ha ayudado en la logística de la distribución de cilindros de oxígeno en todo el estado.
Los voluntarios también utilizaron sus automóviles privados para conducir cilindros por las ciudades más distantes del estado. En cada viaje se transportaron de 10 a 14 cilindros.
El domingo pasado, 17 de enero, por ejemplo, los voluntarios salieron de la ciudad de Manaus, rumbo a la ciudad de Itacoatiara, que está ubicada a aproximadamente 171 millas (275 km) de la capital. Los cilindros tomados por el equipo de la Universal repostarán todas las demás ciudades de la región.
La ayuda también se extiende en lo espiritual. En cada visita, los voluntarios ofrecen oraciones para proteger a los médicos, enfermeros, pacientes y a los familiares. En tres días de movilización se beneficiaron más de 19 mil personas, entre pacientes y familiares.
“La Universal decidió en hacer esto, como en la primera ola, porque fue dada esta misión. El Señor Jesús definió a su iglesia como la luz y la sal, ya que son dos elementos de suma importancia. De igual manera, como estos elementos, tenemos que ser indispensables ante cualquier desastre o pandemia”, comentó el obispo Dieter, responsable de la obra evangelística de la Universal en las Amazonas.
Según el obispo, cuando los voluntarios llegan a los hospitales se encuentran con estas personas, “con exceso de trabajo y estresadas”, por lo tanto, la presencia de los voluntarios es un estímulo para los que han sufrido con COVID-19 o los que están en la primera línea de la batalla.
“Cuando ven que hay otras personas que están ayudando sin querer nada a cambio, es un alivio. Además de satisfacer una necesidad física, es un estímulo saber que otros están preocupados. Es muy importante que el cristiano dé este testimonio”, dijo el obispo.
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