El Principio Divino de dar

El principio Divino de dar es visto también en la Creación, porque cualquiera puede notar la justicia y la generosidad de la tierra al devolverle multiplicada al agricultor la semilla que plantó en ella.

Exactamente por eso el Altísimo puede pedir lo que quiera de nosotros. Él, inclusive, dejó ese registro en el Texto Sagrado, que llega a sorprender a aquellos que no Lo conocen:

“Amad a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad no esperando nada a cambio.”

– Lucas 6:35

Ninguna religión ni ningún líder político/religioso había solicitado a sus seguidores que amaran a sus enemigos y les hicieran el bien a todos, especialmente a los que los querían mal. Tampoco habían dicho que no esperaran recompensa humana por eso. Solo el Señor Jesús pudo hacer un pedido de esos a Sus siervos, porque fue lo que Él hizo y enseñó cuando vino al mundo como Hombre.

Sin embargo, a causa de su naturaleza carnal, ningún ser humano jamás va a desear tratar bien a quien lo maltrata. Solamente quien posee la naturaleza espiritual es capaz de dar esa ofrenda a Dios.

De la misma forma, solamente quien nació de lo Alto logra vivir sin juzgar, condenar u oprimir al otro, como las Escrituras lo enseñan.

Me gustaría enfatizar esa Palabra, pues muchas personas, que antes eran fervorosas en la fe, hoy se ven frías y caídas, porque perdieron esos valores y olvidaron que el principio de la vida no es otro sino dar. En algún momento, perdieron el ejemplo del Señor Jesús y se concentraron en sí mismas y en sus deseos, por eso se corrompieron.

Delante de esto, son los hijos de Dios los que logran entender el poder, el misterio y la grandeza del acto de dar, al punto de ser capaces de renunciar a sus propios instintos y voluntades.

Por sí mismo, el ser humano no es capaz de hacer eso, porque, por la naturaleza terrenal, es egoísta, vengativo, y quiere actuar con los demás así como actuaron con él. Pero, por la naturaleza Divina, injertada en aquel que recibió a Jesús como Señor y Salvador y nació de lo Alto, ¡amar al enemigo y hacer el bien sin esperar nada a cambio es posible!

Mensaje sustraído de: El Oro y el Altar (autor: Obispo Edir Macedo)

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