¿Cómo se presenta una ofrenda?

La ofrenda muestra el esfuerzo, dedicación, devoción, amor y reverencia del ofrendante hacia el Creador.

Muchos han escuchado hablar de la historia de Caín y Abel. ¿Por qué Dios se agradó de la ofrenda de Abel y no la de Caín? Ambos buscaron algo para presentar como un regalo a Dios y, consecuentemente, llamar la atención de Él. Más allá del presente que prepararon, Dios vio la calidad, la intención, el empeño y, principalmente, la fe que manifestaron a través de la ofrenda presentada.

Abel, al preparar su ofrenda, observó cada mínimo detalle y estaba preocupado en presentar lo mejor a Dios. Observó si el animal no tenía ninguna enfermedad ni algún defecto porque quería dar lo mejor del rebaño. Él estaba consiente que la ofrenda presentada y su calidad determinaría la aceptación de Dios y, consecuentemente, Su manifestación.

Caín, por lo contrario, tomó de los frutos de la cosecha como parte de su regalo, pero no tuvo cuidado en la selección ni se empeñó en recoger lo mejor del cultivo. Preparó la ofrenda sin el cuidado mínimo en los detalles, dedicación o cariño. Lo hizo porque su hermano, Abel, dio esa sugerencia para intentar llamar la atención de Dios. Como tal, Dios no tuvo agrado de Caín ni de su ofrenda.

Éste es un ejemplo que indica sobre la importancia de la ofrenda que es presentada. La ofrenda muestra el esfuerzo, dedicación, devoción, amor y reverencia del ofrendante hacia el Creador. Una ofrenda que muestra lo mejor de la persona genera la manifestación de lo mejor en la vida de él/ella. Por lo contrario, generará el desagrado de Dios hacia la ofrenda y de quien lo presentó.

Por este motivo hay muchos que, al ver la ausencia del poder de Dios es sus vidas, se preguntan lo siguiente, ¿en qué estoy pecando o en qué estoy fallando? La respuesta está en la ofrenda que es presentada a Dios. Si la persona da lo mejor de él/ella, consecuentemente recibirán lo mejor de Dios. Una ofrenda hecha con lo mejor hará que el poder de Dios se manifieste en la vida de la persona.

Como tal, la ofrenda tiene que ser preparada con amor, dedicación, reverencia y con fe. Dios, como ya fue mencionado, toma en consideración los mínimos detalles, incluso de cosas que no se consideran cuando se prepara la ofrenda. La ofrenda es la representación de la persona presentándolo. Una ofrenda agradable a Dios generará la manifestación de Él en su vida y de Sus promesas. Por lo contrario, como Caín, su ofrenda no será aceptada.

Dios los bendiga.

 Mensaje de fe del Obispo Clodomir Santos

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