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Ayuno de Daniel: 21 días para tener la mente de Cristo

Lea este mensaje y descubra la importancia de participar en este propósito de fe

Ayuno de Daniel: 21 días para tener la mente de Cristo

¿Qué ha permitido que entre en su mente?

Muchas personas no logran oír la voz de Dios porque el ruido del mundo ha sido más fuerte en su interior. Consecuentemente, lo que entra por los ojos y los oídos termina afectando nuestras actitudes y situaciones.

Incluso, el Señor Jesús habla de la mente humana, que es el espíritu del mundo (Juan 3). Por eso, es necesario que las personas se vuelvan nuevas criaturas. Que dejen de ser «Jacob» para volverse «Israel» (Génesis 32).

En la Biblia está escrito: «Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto» (Romanos 12:2).

Porque, mientras eso no suceda, las personas cargan en su interior esa mentalidad terrenal, que es guiada por los espíritus malignos.

Para este cambio, no es suficiente que la persona participe en las reuniones que se llevan a cabo en la Iglesia, forme parte de grupos o cante alabanzas. Es necesario que tenga la mente de Cristo. Es importante poder silenciar las voces del mundo y dedicarse a escuchar la Poderosa Voz de Dios.

 21 días para tener la mente de Cristo

Es por eso que, en todas las Universal, del 1 al 21 de agosto, se llevará a cabo el «Ayuno de Daniel: 21 días para tener la mente de Cristo».

«Porque quien no tiene la mente del Señor Jesús no piensa como Jesús. Si usted tiene la mente del Señor Jesús, piensa como Él piensa», explicó el obispo Edir Macedo.

Testimonio de Aracely Chinchilla

Ayuno de Daniel: 21 días para tener la mente de Cristo

Antes de haber recibido el Espíritu Santo, la señora Aracely Chinchilla era una mujer que estaba sumergida en la tristeza. Ella nos comenta más sobre su historia:

-Era una mujer que, aún teniendo una estabilidad económica, vivía deprimida, triste e insegura. Espiritualmente todo estaba mal y mi vida no tenía sentido. Había un vacío interior que no era saciado por nada o por nadie. Incluso, a consecuencia de la depresión, tenía insomnio y lloraba constantemente.

-En esta situación, mi hermana me invitó a participar de los servicios de fe en la Universal. Tomé la decisión de participar porque no soportaba más continuar de la manera que estaba. Perseverando en los servicios de fe, fui libre de la depresión, de la inseguridad y de la tristeza. Mi perspectiva de vida cambió y no sentía ninguna tristeza. Perseverando en los servicios de fe, oí hablar sobre el Espíritu Santo y tomé la decisión de participar del Ayuno de Daniel.

-Por 21 días, aunque estaba enfrentando una situación familiar en mi país natal, no desvié mi atención en nada que no fuera el Espíritu Santo. Lo busqué con todo el corazón, con todas las fuerzas y con toda mi mente. Gracias a Dios, fue bendecida al recibir el Espíritu Santo. Posteriormente de esta gran experiencia, soy una mujer completa, feliz, segura, bendecida y transformada. El Espíritu Santo llenó el vacío interior y hoy tengo motivos, aún en los momentos difíciles, de poder sonreír.

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